Las piscinas infinitas han sido tendencia en el sector del ocio desde hace décadas.
Este tipo de instalación quedó grabada en el imaginario colectivo como sinónimo de exclusividad a partir de la piscina infinita en ‘Diamantes para la eternidad’, de la saga James Bond. Después, más enclaves célebres y vistosos han terminado de consolidar estas piscinas y relacionarlas con la calidad y el bienestar.
Así, las piscinas infinitas se han convertido en un reclamo excepcional en el sector del ocio y el turismo, ayudando a los negocios a potenciar su imagen de marca, exclusividad y atención al detalle.
¿Qué son las piscinas infinitas?
Las piscinas infinitas son un tipo de instalación acuática en las que, debido al sistema de desbordamiento elegido, da la impresión de que la masa de agua se funde con el horizonte.
Así, la superficie del agua se encuentra al mismo nivel que los límites de la piscina, de modo que se crea la ilusión de que el agua se une con el cielo o, en otras ocasiones, con otra masa de agua como el mar o un lago.
Las piscinas infinitas están ubicadas generalmente en lugares con vistas espectaculares (frente al mar o unas montañas, por ejemplo). Así, la experiencia del usuario es totalmente inmersiva en el paisaje.
Las piscinas infinitas ofrecen un valor añadido innegable a cualquier emplazamiento de ocio o turístico.
En las piscinas infinitas desaparecen las barreras o los escalones de hormigón. Además, a través de un diseño adecuado, es posible crear la ilusión óptica de que el agua fluye de forma constante hacia el horizonte.
Así, se trata de una instalación orientada al disfrute sensorial del usuario, que goza de las vistas de la localización mientras se relaja flotando en el agua.
Las piscinas infinitas se conectan así con sensaciones como la contemplación, el relax y el bienestar y la apreciación de la belleza del paisaje, en el que el usuario se siente inmerso.
De igual manera, este tipo de instalación acuática ha quedado asociada a espacios exclusivos, ya que las piscinas infinitas más célebres pertenecen a ubicaciones y resorts exclusivos.
Así, este tipo de instalación es a su vez un aliciente no solo para los usuarios actuales: también aporta un valor añadido a cualquier propiedad a largo plazo, diferenciándose e incrementando su valor de mercado.
En definitiva, las piscinas infinitas son instalaciones que marcan la diferencia para cualquier localización, acentuando sus puntos fuertes y aumentando el valor percibido por usuarios y potenciales inversores.